Soy todo lo que viví y el resto de lo que fui lo aprendi con el tiempo. Se que soy lo que sueño. Aprendí de vivir, de borrar, de escribir, de tocar el cielo y de caer con ganas de volver. Aprendí de llorar, de reir, de soñar, de ir al fin de mundo y regresar con ganas de volar. Aprendí de latir, de querer y de seguir libre.
miércoles, 26 de septiembre de 2012
Nada por aquí y nada por allá, y de repente aparece algo como el amor ¿Cómo se puede explicar que donde no había nada aparezca? ¿Y existe algo más mágico que el amor? Es tan mágico que no se explica.
Cualquiera puede hacer magia, con una mirada, con una caricia, con una palabra. Podes hacer aparecer algo que parecía imposible.
El amor y la magia son anónimos, no tienen nombre, ni cara ni voz, hasta que aparecen y te cambian la vida.
Sin superpoderes, sin trucos, sin ilusiones, hacer magia con lo que se tiene, y sonreír. Si uno cree, si tiene fe en lo que ve, eso que ve es real.
Siempre buscamos soluciones mágicas, adelgazar en tres días, hacerse rico en tres semanas, y ahí no está la magia de la vida.
La vida no nos regala fórmulas mágicas, eso pasa en el cine, en los libros, en la tele. La vida si está llena de magia, de misterios, de sorpresas, de ilusiones, de trucos.
Tal vez nos gustaría ser magos por un día, porque nada nos garantiza que algo no nos parte el eje y nos robe la magia, nos rompa la ilusión, nos quite el amor, la vida. Pero yo creo que es mucho mejor confiar en la magia que en las soluciones mágicas.
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